La tendencia al equilibrio es innata en el Ser Humano. Si tengo sed, bebo. Si tengo hambre, como. Si tengo frío, me abrigo. Es fácil equilibrar las sensaciones más instintivas y básicas porque son muy obvias y soy muy consciente de ellas. Es más complicado equilibrar un pensamiento, una emoción, una estructura física, un hábito. Muchas veces no me doy cuenta que estoy desequilibrado, y otras veces, no sé cómo equilibrarme.

¿Cómo armonizo una depresión o una obsesión? ¿Cómo me encuentro a mí mismo cuando las sensaciones son desagradables? Como dice un maestro de Tao: Dentro de nosotros está la semilla de la perfección que busca el entorno adecuado para germinar. Dentro de nosotros está ese punto de unión con el entorno que es el equilibrio, el problema es que la tendencia al desequilibrio, también es una ley universal.