®REIKI TAO

Conozco a muchas personas que alguna vez hemos pensado o dicho con firmeza: «No quiero sentir más». A veces el dolor que produce sentir lleva a verbalizar ese decreto y la consecuencia es una desconexión con las sensaciones. La causa puede haber sido un desengaño amoroso, un autoengaño, una frustración, un trauma… El efecto es que no quiero volver a repetir la experiencia y prefiero anular las sensaciones.

A partir de ahí puedo buscar sustancias que tapen las sensaciones que no quiero percibir o directamente anestesiar la capacidad de percibirlas. Puedo tratar de vivir en un mundo imaginado donde no haga falta sentir, una proyección fantasiosa de la realidad.

El Tao comienza con el sentir

Solamente cuando me siento estoy completamente en el presente y puedo habitar mi cuerpo y comprobar como reacciona ante cualquier influencia. Las sensaciones es el lenguaje que utiliza mi organismo para relacionarse conmigo, si corto esa comunicación ya no vivo mi realidad y me invento un universo paralelo ficticio. Sentir es la base para transformar, sólo si sé cómo estoy puedo cambiar lo que quiera.

Recuperando la capacidad de sentir

Reiki me ayuda a sentir la energía vital que fluye por todas partes y a canalizarla a través de las manos tanto para mí como para los que me rodean. Es fácil de aprender y una gran herramienta que intensifica cualquier otra práctica que ya realice. Mientras practico observo las sensaciones que aparecen: calor, frío, vibración, hormigueo, palpitación, etc. y mantengo mi mente tranquila y ecuánime. Poco a poco voy ampliando mi capacidad de percepción hasta descubrir las sensaciones más sutiles.